Si educas con humildad y responsabilidad.
Si amas más tu trabajo a medida que pasa el tiempo.
Si tu obra te parece siempre incompleta.
Si reanudas con alegría el diálogo emprendido.
Si las lecciones más aprendidas… son tu examen de conciencia.
Si predicas la virtud con el ejemplo más que con las palabras.
Si sabes contar tus fracasos como sabes contar tus triunfos.
Si en cada lección tratas de renovarte.
Si sabiendo mucho no te consideras sabio.
Si sabes estudiar de nuevo lo que ya creías saber.
Si enseñas, no para hoy sino para el mañana.
Si sabes ser guía y orientar un camino.
Si tu misión tiene sentido de entrega…
Entonces eres MAESTR@.
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